Bajó las escaleras con su amiga hablando de cualquier cosa y las dos se pararona ver la cartelera de Imaginar. Un papel blanco que estaba enganchado con una chinche decía algo justo para ella... y a la vez no tan justo. Con lo que acababa de escuchar, esa frase parecía ponerlo todo peor.
-No importa cuán fea te veas, siempre sonríe, porque no importa lo que pase, eso te hará ver más linda.- leyeron las dos a coro.
-Seh, claro, cómo no.- dijo ella con sarcasmo.
-Seguís con eso.- Le contestó su mejor amiga con cansancio.
-Es la verdad. Además, cuando te sentís fea, no podés sonreir.-
-¿Quién dice?-
-Lo digo yo, y lo sé por experiencia.-
-Tenés que dejar de pensar en eso.- Dijo su amiga en vopz demasiado alta, justo en la puerta del hotel, como para que todos escucharan. ¿Y lo peor? Ahí estaba él de nuevo, escuchando todo. Y otra vez, mirándola como si no fuera el culpable de que su viaje se hubiese arruinado.
-Shh.- La calló ella, consciente de que casi todos la estaban mirando. -No lo digo por lo de hoy, ¿sí? Lo que él dijo, yo ya lo sabía, y lo pensaba desde que tenía más o menos siete años.-
-Está bien.- dijo su amiga, y suspiró.
Entonces sonó el parlante diciendo que era la hora de comer. Le daba igual, con el día que había tenido ni hambre ni sed tenía. Con suerte le quedaban fuerzas para llegar al comedor, con el dolor de cabeza que tenía y que no la dejaba pensar.
7/4/09
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